F-Zero X
Uno de los mejores juegos de velocidad de N64 cumple 25 añazos.
Vamos a ser sinceros. Muchos de los jugadores tienen olvidado a F-Zero X. Eclipsado por su secuela (siendo este uno de los mejores arcades de la historia) y sin esa aura de nostalgia que envuelve a su predecesor de Super Nintendo, desgraciadamente la entrega de Nintendo 64 rara vez sale a relucir cuando tienen a bien recapitular la saga. Pero aquí estamos nosotros, rompiendo una lanza a favor de unos de los mejores títulos de velocidad de la época de los 90 y como no, de la propia Nintendo 64.
F-Zero X aterrizó en Europa el 16 de noviembre de 1998 y llevó al límite la consola. Los 60fps era pura exquisitez en un sistema donde la mayoría de sus títulos rara vez pasaban de 25fps. Y es que, para llegar a ellos, se tuvieron que hacer enormes recortes, simplificando bastante el modelado de las naves y los escenarios. No importaba demasiado, su sensación de velocidad estaba a otro nivel y jugar a 60fps era una experiencia acojonante. No hay nada frenético en la consola. El control, gracias al stick analógico de Nintendo 64, permitía ahora un inmejorable control de la nave. Es curioso cómo, volviendo a él años más tarde y con mandos de otros sistemas, no se siente igual que jugándolo con el pad de Nintendo 64. Será la posición de las manos o qué se yo...
Durante la carrera se te mostraba el rival más próximo en el campeonato. |
Una de las novedades más destacadas y que modificaban el ritmo del juego, además de ampliar a 30 el número de adversarios en carrera fue el renovado sistema de turbos. Tras una primera vuelta de reconocimiento, el juego permitía usar un porcentaje de la barra de energía para obtener impulsos extra que aumentaban significativamente la velocidad, superando incluso a los turbos del juego original. Esto añadía un componente estratégico a cada carrera y limitaba en cierto modo su uso, pues sin energía obviamente estabas más expuesto a colisiones contra el muro y rivales.
La progresión en el juego se limitaba a jugar una serie de tramos en tres campeonatos de distinta dificultad en circuitos cada vez más locos y peligrosos. Al principio, la dificultad no es desafiante, pero rápidamente nos enfrentamos a circuitos con tramos peligrosos sin protección, pasajes estrechos, saltos largos que requerían maniobras en el aire para aterrizar de forma segura, y otras características sorprendentes que podían frustrar a los jugadores en su primer intento, pero que recompensaban a aquellos que aprendían y dominaban los circuitos. Terminar los tres campeonatos en máxima dificultad nos permitía jugar un cuarto y a la famosa Copa X, donde se nos presentan seis circuitos creados aleatoriamente por el CPU. Un reto para los más habilidosos.
El diseño de las naves es espectacular como se ve en el manual de instrucciones. ¿Manual? ¿Qué es eso? |
Para alargar más aun la vida útil del juego, tenemos los habituales Time Attack, Practice, VS Battle (modo multijugador para 2 o 4 jugadores) o el novedoso Death Race, un modo supervivencia donde corremos sin límite de tiempo para machacar a nuestros rivales y quedar como único superviviente de la carrera. Un battleroyale en 1998 señores.
Por último, quiero destacar su banda sonora, en esta ocasión mucho más metalera, versionando los temas del F-Zero original a golpe de guitarra y que encaja a la perfección con el endiablado ritmo del juego. En definitiva, y aprovechando que desde el año pasado lo puedes jugar si cuentas con el paquete de expansión de Switch Online, jugar a F-Zero X no solo es recomendable para los amantes del género, es de obligado cumplimiento si quieres experimentar lo mejor que ha pasado por los circuitos de Nintendo 64.