La reciente conversión del juego Grounded para la consola Nintendo Switch está generando opiniones encontradas. Gracias a un exhaustivo análisis realizado por los chicos de Digital Foundry, sabemos que la edición de Switch se enfrenta a notables desafíos gráficos, evidenciados por una significativa reducción de los efectos visuales en comparación con la versión de Xbox. Esta adaptación ha sufrido una disminución del tamaño considerable, una notable merma en la calidad de las texturas y en la distancia de dibujado, manteniendo idénticos ajustes gráficos tanto en modo dock como portátil, aunque con resoluciones variables.
La versión de Switch prescinde totalmente de elementos gráficos como el desenfoque de movimiento, la profundidad de campo, los efectos de iluminación, las sombras dinámicas y los efectos volumétricos. Además, el juego sufre de un marcado efecto de aparición súbita de elementos en pantalla (pop-in) y, aunque mantiene una tasa de cuadros por segundo relativamente estable a 30 fps, se observan fluctuaciones en la consistencia de los tiempos de cuadro, incluyendo interrupciones ocasionales durante el juego.
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