¡A por el general Morden!
Metal Slug Tactics
Hablar de Metal Slug es evocar los días de los salones recreativos, donde las monedas se convertían en horas de entretenimiento explosivo. Ahora, en un movimiento bastante sorprendente, Dotemu y Leikir Studio llevan la clásica franquicia run and gun de SNK hacia un terreno completamente distinto: la estrategia táctica. Metal Slug Tactics no solo representa un cambio de género, sino también un experimento que mezcla nostalgia, innovación y un enfoque roguelike que redefine la experiencia para los veteranos y abre nuevas puertas a nuevos jugadores. Vamos a ver que nos ofrece.
El cambio más evidente en Metal Slug Tactics lo encontramos en su ritmo. Atrás quedaron los días de disparos rápidos y reacciones relámpago; este juego exige planificación y paciencia. Cada combate se desarrolla en un tablero donde las unidades, con habilidades y roles específicos, deben ser movidas de forma estratégica para maximizar su efectividad.
El título introduce un sistema dinámico de movimientos: cuanto más lejos se desplace una unidad en un turno, mayor será su capacidad de esquiva y los recursos que obtiene, lo que fomenta el riesgo calculado. Además, la sincronización entre personajes permite ataques combinados, una mecánica que recompensa el posicionamiento inteligente y añade profundidad táctica. A esto se suma la gestión de coberturas y elementos del entorno, como barriles explosivos y barricadas. Todo está diseñado para que cada movimiento cuente, y los errores se pagan caro. La curva de aprendizaje puede ser empinada, especialmente para quienes no están familiarizados con el género táctico, pero las victorias resultan extremadamente gratificantes.
La esencia de arcade que definió a Metal Slug se traslada aquí a través de un enfoque roguelike. Cada run es un intento por avanzar lo máximo posible en una serie de misiones y territorios, enfrentando enemigos crecientes y jefes imponentes. Las derrotas son frecuentes, pero no inútiles: los jugadores obtienen monedas y mejoras permanentes que aumentan las probabilidades de éxito en futuras partidas. Aunque este ciclo de progreso mantiene cierto interés, el diseño procedural de los mapas y la variedad limitada en los tipos de misión pueden cansar a largo plazo. Aunque el juego intenta compensar esta monotonía con distintos desafíos y nuevas habilidades para desbloquear, no siempre logra mantener la frescura necesaria para un roguelike de largo recorrido.
En términos de dificultad y accesibilidad, Metal Slug Tactics no es un juego fácil de abordar. La cantidad de información presentada al jugador puede ser abrumadora, especialmente en sus primeras horas. Muchos detalles importantes, como habilidades y efectos de ciertas acciones, están enterrados en menús y submenús que no siempre son intuitivos. Esto, combinado con un diseño de interfaz que se siente poco pulido, hace que las primeras horas sean más frustrantes de lo necesario. El esquema de controles también podría mejorarse. La experiencia portátil se ve afectada por textos pequeños y un diseño de botones poco ergonómico, lo que complica la navegación y la ejecución de acciones.
En cuanto al apartado gráfico, el pixel art de Metal Slug Tactics es un deleite visual. Respeta profundamente el estilo clásico de la saga mientras lo moderniza con animaciones fluidas, efectos detallados y escenarios llenos de vida. Cada diseño captura la esencia de los títulos originales, lo cual es todo un acierto. Por contra, uno de los puntos más débiles del juego es su rendimiento técnico. A pesar de no ser un título gráficamente exigente, se observan caídas de cuadros frecuentes, especialmente en momentos de alta actividad. Estas interrupciones, junto con problemas ocasionales de sincronización de audio, rompen la inmersión y pueden resultar frustrantes en momentos clave. No hacen al título injugable, pero sí afectan negativamente la experiencia general.
La música, con temas inspirados en las entregas clásicas, y los efectos, como las voces que anuncian las misiones, sumergen al jugador en una atmósfera de pura nostalgia noventera.
En definitiva, podemos decir ue a pesar de sus defectos, Metal Slug Tactics es un homenaje y una reinvención que atraerá tanto a los fans de la saga como a los amantes de los juegos de estrategia. Su enfoque, más cerca de un roguelike experimental que de un RPG táctico tradicional, ofrece mecánicas bien pensadas que lo convierten en una propuesta única en su género. Y lo mejor, vuelve a traer a escena la serie Metal Slug, lo que puede dar pie a futuras entregas con propuestas igual de arriesgadas o más clásicas. Recemos.