El maravilloso mundo del papel
Papetura
En el vasto mundo de los videojuegos independientes, aparecen obras que se alejan de los estándares convencionales, apostando por experiencias sensoriales y artísticas. Papetura, desarrollado por el talentoso Tomasz Ostafin, conocido como fundador del estudio Petums, es una de estas pequeñas maravillas indie. Con un estilo visual único y una atmósfera encantadoramente melancólica, esta aventura gráfica nos sumerge en un universo de papel, donde cada detalle es una muestra de dedicación y originalidad. Para celebrar su reciente lanzamiento en formato físico para Switch, los chicos de Meridiem Games han tirado la casa por la ventana, ofreciendo una espectacular edición con un fabuloso libro de arte y la tremenda BSO en formato descargable.
Desde el primer instante, Papetura impacta visualmente. Todo en este mundo está elaborado meticulosamente a mano por Petums, quien recortó, pegó e iluminó cada escenario con sus propias manos para dar vida a un mundo frágil y cautivador. En cada rincón se percibe el esmero de su creador, y el juego nos recuerda a un delicado diorama en movimiento, donde luces y sombras juegan un papel crucial en la narrativa. La papiroflexia no es solo un elemento estético; es el corazón y el alma de Papetura, una elección de diseño que trasciende el apartado gráfico para integrarse en la esencia del juego.
La historia de Papetura es sencilla: Pape y Tura, dos criaturas de papel, deben enfrentarse a un oscuro ser que amenaza con reducir a cenizas su hogar. La narrativa se desarrolla a través de acciones y de un lenguaje visual basado en dibujos y símbolos, sin palabras. Aquí, el jugador es guiado por la intuición y la exploración, sin texto ni diálogos, en una propuesta que evoca títulos como Machinarium en su enfoque visual para la comunicación. Esta elección añade un toque de universalidad, aunque presenta ciertos retos en la interfaz de usuario, donde algunos símbolos pueden resultar confusos.
La jugabilidad de Papetura se centra en resolver puzles y explorar el entorno. Al tratarse de un point-and-click, las interacciones son simples: caminar, interactuar con objetos y lanzar esferas de luz para resolver rompecabezas. Aunque esta simplicidad aporta a la atmósfera contemplativa, también puede resultar frustrante en ocasiones, especialmente debido a la lentitud de movimiento de los personajes, lo que puede alargar el tiempo de juego sin que esto se traduzca en una mayor profundidad en el gameplay. La duración total del juego es corta, alrededor de una hora y media, lo que genera una sensación de que todo termina justo cuando uno comienza a sumergirse en este intrigante mundo.
Los puzles, aunque visualmente integrados en el entorno y bien diseñados, pueden carecer en algunas ocasiones de una lógica evidente, lo que lleva a algunos jugadores a resolverlos mediante ensayo y error en lugar de un análisis claro. No obstante, el juego incluye una opción de pistas mediante ilustraciones, a las que se accede tras completar un breve minijuego, lo que permite avanzar en caso de quedarse atascado.
El apartado sonoro es otro de los puntos fuertes de Papetura. La banda sonora, creada por el compositor checo Floex, complementa perfectamente la estética del juego. Con una mezcla de instrumentos tradicionales y efectos electrónicos, la música aporta una atmósfera envolvente y cargada de misterio, amplificando la conexión emocional con la historia y sus personajes. Cada nota parece estar diseñada para resonar con el papel y las sombras, creando una simbiosis entre imagen y sonido que eleva la experiencia.
Es innegable que Papetura se siente como una pieza de arte en movimiento, un juego que destaca más por su diseño y estilo que por su duración o complejidad. La corta duración puede dejar a muchos con ganas de más, pero también se justifica por la enorme dedicación puesta en cada pequeño detalle visual, una tarea titánica al haber sido desarrollado casi en su totalidad por una sola persona.
En conclusión, Papetura es una experiencia recomendada para aquellos jugadores que busquen una propuesta artística y atmosférica, un breve viaje a un mundo de papel tan bello como efímero. Su corta duración y sus puzles sencillos pueden no atraer a los jugadores que prefieren desafíos complejos y mecánicas profundas, pero quienes valoren la estética y el ingenio artesanal encontrarán en Papetura una joya indie que deja huella.
*Este análisis se ha realizado gracias a una copia para Nintendo Switch que nos ha proporcionado la gente de Meridiem Games.