Batiburrillo con mucho Cyberpunk
Neon Blood
En el mundo del cyberpunk, el estilo es tan importante como la sustancia, y Neon Blood, desarrollado por el estudio español ChaoticBrain, entra a la escena con un despliegue visual que atrapa de inmediato. Los chicos de Meridiem Games han visto el potencial del título y se han marcado una edición limitada que incluye el juego en caja de cartón, un libro de arte, la BSO en formato digital y un guía de la ciudad. Y es que este título combina la nostalgia del pixel art con una estupenda iluminación que realza cada rincón de Blind City y Bright City, dos urbes futuristas marcadas por neones y decadencia. Sin embargo, ¿logra este estupendo enfoque artístico sostenerse junto a su narrativa y jugabilidad? Vamos a averiguarlo.
Desde el primer momento, Neon Blood impresiona con su apartado visual. Las vibrantes calles y los entornos cuidadosamente diseñados transmiten una atmósfera que hace honor a su género. Cada frame podría ser un cuadro gracias a su combinación de sprites 2D con efectivos efectos de iluminación. Sin embargo, aunque visualmente las ciudades parecen llenas de vida, su jugabilidad no siempre saca provecho de esta riqueza visual. Las interacciones en las calles se limitan a charlas con NPCs que, aunque bien escritas, rara vez afectan la narrativa o la mecánica de juego.
El diseño de personajes y escenarios tiene un gran mérito en la inmersión. Alex McCoin, el protagonista, es un detective lleno de carisma, aunque algo arquetípico, y se enfrenta a un asesino en serie que amenaza la estabilidad de la ciudad. A pesar de los clichés, los diálogos y los giros argumentales logran mantener el interés, aunque sin sorprender demasiado. Y es que Neon Blood mezcla elementos de aventura gráfica con un sistema de combates por turnos. Algo raro de ver. Las secciones de exploración se enfocan en completar objetivos específicos para avanzar en la historia. Aunque el flujo narrativo evita prolongarse innecesariamente, las tareas suelen ser lineales y predecibles, lo que puede generar una sensación de monotonía.
Los combates, aunque bien animados, carecen de la profundidad de un RPG al uso. Además de estar limitado en número, las opciones estratégicas son limitadas y se amplían únicamente cuando el guion lo necesita, dejando poco espacio para la experimentación. Un sistema de habilidades desbloqueables promete variedad, pero algunas habilidades resultan demasiado efectivas y rompen con la tensión y desafío que se espera de un buen RPG. Por otro lado, los Quick Time Events (QTE) logran destacar como momentos emocionantes y que aportan dinamismo. Estas secciones muestran el potencial del juego cuando combina acción y estilo visual. Sin embargo, su escasez deja con ganas de más.
Lamentablemente el potencial de Neon Blood se ve lastrado por una serie de problemas técnicos. Desde bugs que obligan a reiniciar la partida hasta textos que son difíciles de leer en modo portátil. Además, la imposibilidad de guardar progreso en cualquier momento puede resultar frustrante, sobre todo cuando un error técnico obliga a repetir largos tramos. En sus aproximadamente 5-6 horas de duración, Neon Blood ofrece una experiencia entretenida, pero desigual. Su narrativa y su mundo visual tienen destellos de grandeza, pero no logran despegar debido a limitaciones en sus mecánicas y a un diseño general que no alcanza la profundidad deseada.
Para quienes buscan una breve incursión en el cyberpunk con un enfoque narrativo y visual llamativo, Neon Blood puede ser una opción atractiva. Sin embargo, aquellos que busquen una jugabilidad más elaborada o un mundo más interactivo podrían quedar algo decepcionados. Es un título que deslumbra en lo visual y entretiene durante sus 5 o 6 horas, pero que no logra trascender debido a su superficialidad jugable y algunos fallos técnicos. Una base prometedora que con algunos ajustes podría convertirse en un referente dentro de la escena.
*Este análisis se ha realizado gracias a un código de descarga para Nintendo Switch que nos ha proporcionado la gente de Meridiem Games.